Cuando se trata de nuestra salud debemos estar muy atentos a la información nutricional antes de comprar un producto, pero resulta que existen muchos alimentos que empezamos a consumir desde hace varios años, y a la fecha forman parte de nuestro consumo de casi toda nuestra vida, como es el caso de la cocoa, que al prepararla se convierte en un producto agradable, al compartir una taza en una tarde fría de invierno resulta ideal, pero por ser un producto conocido no buscamos información como la mayoría lo hace cuando se trata de un producto nuevo en el mercado. La mayoría de personas que consumen cocoa de forma habitual, como parte de su desayuno diario ya sea sóla o acompañando una taza de leche tienen la idea equivocada que el cacao y la cocoa es lo mismo, que tienen los mismos componentes y propiedades, pero nada más alejado de la realidad.
Lo cierto es que la cocoa es derivado del cacao, que es un producto con muchos beneficios para la salud, pero su proceso de elaboración lo convierte en un polvo con distintas propiedades y cualidades, es comercializado para añadir sabor a ciertos alimentos y muy empleado en la repostería. La elaboración de la cocoa se lleva a cabo rostizando el producto a altas temperaturas alterando las propiedades y el valor nutricional del cacao, poseen un sabor muy parecido pero su consumo no nos aporta los mismos nutrientes que el cacao mismo. Hoy en día y dependiendo de la garantía que te brindan algunas marcas reconocidas la cocoa se comercializa ya reforzada, es decir con agregados de minerales, vitaminas, con cero grasas en su contenido y muchos beneficios más; y en otros casos la cocoa posee aditivos que ya pasan a ser dañinos para tu salud.
Te sugerimos leer antes de su consumo el valor nutricional de los productos que consumes habitualmente, sin ánimos de crearte una preocupación diaria, debemos hacerlo como medida de precaución, siempre es bueno saber lo que consumimos y así prevenir problemas posteriores de salud. ღ
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